Los suelos antideslizantes, ya sean mates o rugosos, desempeñan un papel fundamental en la seguridad y comodidad de diferentes espacios. Estas superficies especializadas están diseñadas para proporcionar un mayor agarre y resistencia al deslizamiento, reduciendo así el riesgo de accidentes, especialmente en áreas propensas a la humedad, como baños, cocinas o zonas exteriores.

Los suelos antideslizantes mate ofrecen una apariencia más discreta y elegante, adaptándose a diversos estilos de decoración sin comprometer la funcionalidad. Su acabado opaco no solo contribuye a la estética del lugar, sino que también garantiza un nivel adecuado de tracción, incluso cuando la superficie está mojada.

Por otro lado, los suelos antideslizantes rugosos destacan por su textura más pronunciada, la cual aumenta significativamente la resistencia al deslizamiento. Este tipo de pavimento es especialmente beneficioso en entornos donde la seguridad es prioritaria, como en áreas industriales, piscinas o espacios al aire libre expuestos a condiciones climáticas adversas.

Distintos tipos de suelo antideslizantes

La elección entre un suelo antideslizante mate o rugoso dependerá en gran medida de las necesidades específicas del lugar y de las preferencias estéticas. Ambos tipos de superficies contribuyen a crear ambientes más seguros, garantizando que los usuarios puedan desplazarse con confianza y minimizando la posibilidad de resbalones y caídas. En última instancia, la combinación de funcionalidad y diseño hace que los suelos antideslizantes sean una elección inteligente para promover la seguridad y el bienestar en cualquier entorno.

Sabías que...

La normativa del Código Técnico de la Edificación ( CTE) pretende limitar el riesgo de sufrir un resbalón al andar por encima de un pavimento, determinando qué prestaciones debe tener el material (grado de deslizamiento o grado de resbalabilidad) en función de la situación y el uso del espacio en el que esté instalado.

Más del 32% de los accidentes laborales se producen por resbalamiento, problema que se origina en la colocación del tipo de suelo incorrecto y teniendo en cuenta que anualmente en todo el mundo, se producen 37.500.000 de caídas que requieren tratamiento médico, este tipo de lesiones que se podrían pevenir suponen un gran gasto para las empresas.

Por esta razón, una de las mayores inversiones que puedes hacer para garantizar tu seguridad, la de tus empleados y tus clientes, es instalar suelos antideslizantes en tu empresa. De esta manera, te ahorras dinero y molestias que pueden terminar en un juzgado.

El truco Ant

Los suelos con pavimentos antideslizantes aportan seguridad ante posible caídas, pero tienen un gran inconveniente, y es que al ser suelos más rugosos y porosos la suciedad se acumula de manera más persistente en el fondo de las minúsculas rugosidades y al limpiarlos de forma tradicional, con el paso de los días, presentan un aspecto más envejecido.

Métodos de limpieza convencionales:

Aspiradora: el uso de una aspiradora permite retirar la suciedad más incrustada en los poros sin hacer un gran esfuerzo y en poco tiempo. (mejor que usar utensilios habituales como escobas, mopas y fregonas, que no son tan efectivos).

Jabón de pH neutro: debido a su porosidad, este tipo de superficies pueden sufrir mucho si se usan productos abrasivos sobre ellas. A pesar de que lo evidente en suelos sucios parece hacer uso de productos fuertes, hay que conocer las características de cada superficie para su correcto tratamiento. Por ello, nuestra recomendación es utilizar, simplemente, jabón de pH neutro con agua.

Alcohol con jabón de lavavajillas: parece el típico consejo de la abuela, pero ¡funciona! Sobre todo, a la hora de eliminar posibles manchas de grasa.

Usar lejía con agua caliente: otro remedio de toda la vida, económico y sencillo. Hay que ser prudente con la lejía y hacer un uso correcto de ella.

Acetona: sólo para manchas de pintura, barniz o similares. Hay que trabajar este producto con mucho cuidado ya que es abrasiva y puede causar desperfectos.

Vinagre blanco, alcohol y agua: se trata de una opción muy económica y efectiva; al igual que la de alcohol y jabón de lavavajillas.

Lo óptimo es limpiarlo con una máquina de fregar por:
Las máquinas tiran siempre agua limpia y absorbían la sucia.
Tienen un cepillo o estropajo que se utiliza según el grado del pavimento
El suelo además de limpio puede quedar desinfectado